lunes, 30 de noviembre de 2015

UD_4 El espacio de trabajo (Photoshop)

4.1 Ventanas y barras

- Componentes de la interfaz.
- Barra de menú.
- Pestañas de documentos.
- Barra de estado.


4.2 Herramientas y opciones

- Utilización de herramientas. Configuración. Opciones de herramientas.
- Herramientas de Photoshop: marco rectangular/elíptico, mover, lazo, varita mágica, recortar, sector, pincel corrector, pincel/lápiz, tampón, pincel de historia, borrador, degradado/bote de pintura, desenfocar, exponer/subexponer, selección de trazado, texto, pluma, rectángulo/formas, notas, cuentagotas.


4.3 Paneles

- Utilización de paneles. Configuración. Paneles contraídos.
- Paneles en Photoshop: Color, muestras, ajustes, estilos, capas, máscaras, canales, trazados, información, navegador, historia, histograma.




4.4 Visualización y personalización

- Aislar/agrupar ventanas de documentos.
- Comprimir herramientas.
- Mostrar/ocultar paneles.
- Agrupar o minimizar paneles.
- Espacios de trabajo preestablecidos.
- Vista à Mostrar: borde de capa, cuadrícula, guías, etc.


viernes, 20 de noviembre de 2015

Práctica B3








3.3 Imágenes en red

3.3.1 La 'postfotografía'


Sinceramente, tras leer varios artículos, ver algún documental y reflexionar sobre la postfotografía he llegado a la conclusión de que lo más honesto es hacer uso de un singular apropiacionismo y simplemente colocar el manifiesto postfotográfico en esta entrada:

El síndrome Hong Kong
Uno de los principales periódicos de Hong Kong despidió hace poco a sus ocho fotógrafos de plantilla que cubrían la información local; a cambio distribuyeron cámaras digitales entre el colectivo de repartidores de pizza. La decisión empresarial  era sensata: es más fácil enseñar a hacer  fotos a los ágiles y escurridizos pizzeros que lograr que los fotógrafos profesionales sean capaces de sortear los infernales atascos de Hong Kong y consigan llegar a tiempo a la noticia. Los portavoces del sector, obviamente, se rasgaron las vestiduras: ¿cómo es posible que se renuncie a la calidad que garantizan profesionales con experiencia? Pero hay que convenir que más vale una imagen defectuosa tomada por un aficionado que una imagen tal vez magnífica pero inexistente. Saludemos pues al nuevo ciudadano-fotógrafo.

Se desprende de este reciente episodio de darwinismo tecnológico un cambio de canon fotoperiodístico: la velocidad prevalece sobre el instante decisivo, la rapidez sobre el refinamiento. En las épocas heroicas del reportaje fotográfico los reporteros disponían de tiempo y recursos. Cuando National Geographic celebró su  centenario, en el editorial del número especial se vanagloriaban de poder ofrecer a sus privilegiados colaboradores unas condiciones óptimas de trabajo: asistentes, helicópteros, hoteles lujosos… Por término  medio, en cada reportaje de encargo se disparaban 27.000 fotos de las que terminaba publicándose una exigua docena, la cual había de ser forzosamente la requetehostia. Pero esos años de despilfarro han pasado, empujados por los efectos de un mercado cada vez más competitivo y por la inmersión en una nueva mediasfera. Se ha hablado mucho del impacto que la irrupción de la tecnología digital supuso para todos los ámbitos de la comunicación y de la vida cotidiana; para la imagen, y la fotografía en particular, ha significado un antes y un después. Se puede comparar a la caída del meteorito que condujo a la extinción de los dinosaurios y diopaso a nuevas especies. Durante un tiempo, los dinosaurios no fueron conscientes de la colisión y vivieron felices como testigos pasivos –y pasmados– de los cambios que se operaban en su ecosistema:  las nubes de polvo no dejaban pasar los rayos del sol con consecuencias letales para vegetales y animales. Hoy palidece una fotografía-dinosauria que está dando paso a secuelas mejor adaptadas al nuevo entorno sociocultural.

Del síndrome Hong Kong aprendemos que hoy la urgencia de la imagen por existir prevalece sobre las cualidades mismas de la imagen. Esa pulsión garantiza una masificación sin precedentes, una polución icónica que por un lado viene implementada por el desarrollo de nuevos dispositivos de captación visual y por otro por la ingente proliferación de cámaras –ya sea como aparatos autónomos o incorporadas a teléfonos móviles, webcams y artilugios de vigilancia. Esto nos sumerge en un mundo saturado de imágenes: vivimos en la imagen, y la imagen nos vive y nos hace vivir. Ya en los años sesenta Marshall McLuhan vaticinó el papel preponderante de los mass media y propuso la iconosfera como modelo de aldea global. La diferencia es que en la actualidad hemos culminado un proceso de secularización de la experiencia visual: la imagen deja de ser dominio de magos, artistas, especialistas o profesionales al servicio de poderes centralizados.  Hoy todos producimos imágenes espontáneamente como una forma natural de relacionarnos con los demás, la postfotografía se erige en un nuevo lenguaje universal.

Periferias de la imagen
Al intentar analizar el actual estatuto de la imagen hay que atender en primer lugar a los horizontes de investigaciones científicas avanzadas que exploran ya los mecanismos perceptivos lindando la ciencia-
ficción. A nuestros padres un simple transplante de córnea les hubiese parecido pura fantasía. Hoy la  nanotecnología permite el implante de diminutos telescopios oculares que reducen los superpoderes de Clark Kent a un simple complemento fashion de la Señorita Pepis (www.visioncareinc.net/technology). O posibilita también que un artista iraquí y profesor de fotografía en la New York University llamado Wafaa Bilal se haga insertar quirúrgicamente una microcámara en la parte posterior del cráneo para fotografiar a diestro y siniestro (no es trola aunque lo parezca, puede comprobarse en wafaabilal.com/). No colmados con patrocinar la camiseta del Barça, el proyecto también ha sido comisionado por instituciones gubernamentales de Qatar para su première en el nuevo museo de Doha, Mathaf-Museo Árabe de Arte Moderno. La idea es que la encefalocámara de Bilal se dispare a intervalos regulares de un minuto y las imágenes puedan ser visionadas en tiempo real por streaming desde los monitores del museo: ¿No les suena un poco al rollo que se llevaban Romy Schneider y Harvey Keitel en La muerte en directo (1980) de Bertrand Tavernier?

Pero sin duda, para los profanos, las experiencias más alucinantes son las de centros high-tech com el CNS (Computational Neuroscience Laboratories) de Kyoto (www.cns.atr.jp/en/) cuyos departamentos de Computational Brain Imaging y Dynamic Brain Imaging andan sobre la pista de monitorizar la actividad mental a fin de extraer imágenes simples directamente del cerebro y proyectarlas sobre una pantalla. Frótense bien los ojos porque esto abriría un abanico de capacidades que sólo hemos visto en el cine fantástico: filmar con nuestros ojos, grabar nuestros sueños y visionarlos a la mañana siguiente en el televisor, codificar las emociones a fin de traducirlas en imágenes, o acceder simultáneamente a la percepción visual de otro. La revista especializada Neuron (Vol. 60, nº 5, 11/12/2008) publicó un monográfico sobre el tema con el título de Visual Image Reconstruction from Human Brain Activity. Películas como Minority Report (2002), de Steven Spielberg, o Inception (2010), de Christopher Nolan, parecerán pronto un juego de niños.

El reto que a la vuelta de la esquina aguarda pues a una consideración holística de la imagen no puede contentarse con el trasvase ontológico que produce la sustitución de la plata por el silicio y de los granos de haluro por los píxeles. Difuminados completamente los confines y las categorías, la cuestión de la imagen postfotográfica rebasa un análisis circunscrito a un mosaico de píxeles que nos remite a una representación gráfica de carácter escritural. Ampliemos el enfoque a una perspectiva sociológica y advirtamos con qué acomodo la postfotografía habita internet y sus portales, es decir, las interficies que hoy nos conectan al mundo y vehiculizan buena parte de nuestra actividad. Lo crucial no es que la fotografía se desmaterialice convertida en bits de información sino cómo esos bits de información propician su transmisión y circulación vertiginosa. Google, Yahoo, Wikipedia, YouTube, Flickr, Facebook, MySpace, Second Life, eBay, PayPal, Skype, etcétera. han cambiado nuestras vidas y la vida de la fotografía. De hecho, la postfotografía no es más que la fotografía adaptada a nuestra vida on line. Un contexto en el que, como en el ancien régime de la imagen, caben nuevos usos vernaculares y funcionales frente a otros artísticos y críticos. Hablemos de éstos últimos.

Decálogo posfotográfico
¿Cómo opera la creación radical postfotográfica? Esta sería una propuesta plausible expresada de forma tan sumaria como tajante:

Sobre el papel del artista: ya no se trata de producir obras sino de prescribir sentidos.

Sobre la actuación del artista: el artista se confunde con el curador, con el coleccionista, el docente, el historiador del arte, el teórico... (cualquier faceta en el arte es camaleónicamente autoral).

En la responsabilidad del artista: se impone una ecología de lo visual que penalizará la saturación y alentará el reciclaje.

En la función de las imágenes: prevalece la circulación y gestión de la imagen sobre el contenido de la imagen.

En la filosofía del arte: se deslegitiman los discursos de originalidad y se normalizan las prácticas apropiacionistas.

En la dialéctica del sujeto: el autor se camufla o está en las nubes (para reformular los modelos de autoría: coautoría, creación colaborativa, interactividad, anonimatos estratégicos y obras huérfanas).

En la dialéctica de lo social: superación de las tensiones entre lo privado y lo público.

En el horizonte del arte: se dará más juego a los aspectos lúdicos en detrimento de un arte  hegemónico que ha hecho de la anhedonia (lo solemne + lo aburrido) su bandera.

En la experiencia del arte: se privilegian prácticas de creación que nos habituarán a la desposesión: compartir es mejor que poseer.

10º En la política del arte: no rendirse al glamur y al consumo para inscribirse en la acción de agitar conciencias. En un momento en que prepondera un arte convertido en mero género de la cultura, obcecado en la producción de mercancías artísticas y que se rige por las leyes del mercado y la industria del entretenimiento, puede estar bien sacarlo de debajo de los focos y de encima de las alfombras rojas para devolverlo a las trincheras.
Los puntos fuertes de este decálogo (nueva conciencia autoral, equivalencia de creación como prescripción, estrategias apropiacionistas de acumulación y reciclaje) desembocan en lo que podríamos llamar la estética del acceso. La ruptura fundamental a la que asistimos se manifiesta en la medida en que el caudal extraordinario de imágenes se encuentra accesible a todo el mundo. Hoy las imágenes están disponibles para todos.  El crítico Clément Chéroux escribe: “Desde un punto de vista de los usos, se trata de una revolución comparable a la instalación de agua corriente en los hogares en el siglo XIX. Hoy  disponemos a domicilio de un grifo de imágenes que implica una nueva higiene de la visión”. Ejemplifica magistralmente esta estética la obra de Penelope Umbrico. En el proceso para realizar Suns from Flickr, 2006 (www.penelopeumbrico.net/Suns/Suns_Index.html), una de sus piezas más populares, explica que un día sintió el impulso de tomar la foto de una romántica puesta de sol. Se le ocurrió consultar cuántas fotos correspondían al tag sunset en Flickr y descubrió que disponía de 541.795 apetitosas puestas de sol; en septiembre del 2007 eran 2.303.057 y en marzo del 2008, 3.221.717 (lo miro en fecha 12/2/2011 y son 8.700.317). Sólo en Flickr y sólo en un único idioma de búsqueda, el grifo proporciona un magma multimillonario de puestas de sol ¿Tiene sentido esforzarse en tomar una foto adicional? ¿Aportará algo la que nosotros hagamos a lo que ya existe? ¿Vale la pena incrementar la contaminación gráfica reinante? Umbrico responde que no, no y no. Y entonces se lanza a su particular cruzada ecologista: bajará de Flickr  10.000 puestas de sol que reciclará en un mural con el que tapiza los muros de un museo. Obviamente eso solivianta la candidez de los usuarios de Flickr, que se ponen en pie de guerra: “Abuelita, ¡qué motores de búsqueda tan afilados tienes!” “¡Son para prescribirte mejor!” Lo postfotográficamente chistoso es que si hoy buscamos sunset en Flickr aparecen las composiciones de Umbrico o las fotos que los visitantes toman en sus exposiciones. Su gesto simbólico se revela inútil: la contaminación cero no puede ser y además es imposible.

El autor en las nubes
Una de las modas más típicamente  postfotográficas es la fotografía realizada por animales (irracionales, se entiende). Históricamente el primer ensayo fue realizado por un fotógrafo de prensa alemán, Hilmar Pabel, que trabajaba como freelance para el Berliner Illustrierte Zeitung. En 1935 tuvo la ocurrencia de proponer prestar Leicas a los chimpancés del zoo de Berlín y pedir a sus cuidadores que les adiestrasen a apretar el obturador mimetizando el gesto de los visitantes, adultos y niños, que no cesaban de captar con sus propias cámaras las monerías de los monos. El modelo se convertía en fotógrafo. Los editores  estuvieron encantados y publicaron los resultados de la performance. Sólo que cuando Pabel presentó la factura le dijeron que iba a ser que no: ¿Con qué derecho pretendía cobrar unas fotos que no había hecho? Los verdaderos autores eran los chimpancés. No sirvió aducir que era él quien había orquestado la situación y que tanto daba quién disparase la cámara: lo realmente importante era cómo el proyecto se cargaba de sentido. Pabel perdió la batalla pero no la guerra: renegoció el reportaje con LIFE, que lo publicó el 5/9/1938 y sí reconoció su autoría. Anécdota aparte, este caso nos ilustra sobre la ubicación de la condición autoral no tanto en el hacer como en el prescribir, o sea, en la asignación de valor y sentido, en la conceptualización, lo cual adquiere una relevancia tutelar en el contexto de internet. En 1888, George Eastman acuñó aquel eslogan popular que llevó a Kodak a la cima de la industria fotográfica (“usted apriete el botón, nosotros haremos el resto”); hoy nos damos cuenta de que lo importante no es quién aprieta el botón sino quién hace el resto: quién pone el concepto y gestiona la vida de la imagen.
Siguiendo la estela pero seguramente desconociendo el precedente histórico, la pareja de artistas moscovitas Vitaly Komar y Alex Melamid, que ya habían presentado en 1995 su proyecto de Renee, el elefante pintor, consagraron en 1999 el pabellón ruso de la Bienal de Venecia a Mikki, el chimpancé fotógrafo. Desde entonces la veda ha quedado abierta y por internet asoman toda clase de mascotas capaces de tomar fotos, ya sea por sí solas o con discretos sistemas de apoyo. Seguramente los cracks de este bestiario fotográfico –aunque la verdad es que hay mucha competencia– son el perro Rufus y la gata Nancy Beans, que nos ofrecen pintorescos documentos desde un punto de vista canino y felino de la comunidad urbana de sus propietarios (Reiji Kanemoto y Christian Allen, respectivamente). Cabras, terneros y caballos se han subido también al arca de Daguerre. Sin pretender en absoluto rayar el cinismo, una suplantación parecida ha tenido lugar con fotos tomadas por niños, enfermos mentales, ciegos, fotógrafos domingueros, amateurs avanzados, retratistas comerciales, científicos, policías, bomberos, fotoperiodistas, profesionales, artistas, satélites, cámaras de tráfico, Google Street View, fotomatones…  La perversión ha consistido siempre en otorgar significado a unas obras huérfanas o en cambiar el significado original por otro a la manera del ready-made duchampiano. Como es obvio, este gesto de  transgresión choca con la legitimidad de un cierto statu quo de la propiedad intelectual, legitimidad en entredicho que introduce cuestiones éticas y legales: seguramente sólo la competencia de los resultados podrá dictar un veredicto definitivo en un momento en el que el derecho de autor está en el aire porque el propio autor está en las nubes. En paralelo a la tendencia imparable del cloud computing (manejar terminales que a través de internet se sirven de programas y bancos de datos que son comunes), se privilegia en definitiva una cultura que socializa la autoría o que simplemente la sube a las nubes para ponerla al servicio de quien la necesite. ¡Bienvenidos pues al mundo de la fotografía 2.0!

Atlas y serindipias
Probablemente hoy Alonso Quijano no enloquecería en las bibliotecas devorando novelas de caballería sino absorto frente a la pantalla calidoscópica del ordenador, una ventana que nos abre un mundo doble y simétrico, como el que Alicia descubrió al atravesar el espejo, un mundo paralelo en el que podemos vivir y aventurarnos, y en el que la realidad puede doblegarse en gran medida a nuestras apetencias. En el escenario virtual podemos ser acuarelistas de fin de semana o artistas conceptuales, podemos hacer fotografía documental tradicional o practicar el antifotoperiodismo. Un ejemplo: Txema Salvans realiza desde hace años un metódico trabajo documental –magnífico– sobre la prostitución de carretera en la autovía C-31 de Barcelona a Castelldefels; agazapado tras una voluminosa cámara que lo disfraza de inocuo topógrafo, Salvans acecha la soledad de las vendedoras de sexo abandonadas al fragor del tráfico. Por su parte, Jon Rafman, sin alejarse de la pantalla de su ordenador en Montreal, hace una serie similar rastreando situaciones de calle registradas por Google Street View y accesibles a cualquier usuario. Cualidad gráfica aparte, el resultado coincide en intención y calado. A partir de ahora la mirada documental puede bifurcarse en dos metodologías complementarias que nos confrontan con las esencias profundas del medio. Pistas del debate que está por llegar afloran en el caso protagonizado por Michael Wolf, fotógrafo de la vieja escuela, alumno del legendario Otto Steinerty con una larga carrera en la fotografía documental y de ilustración editorial. Como Rafman, Wolf se ha sentido seducido por las posibilidades de Google Street View y ha emprendido proyectos en su seno; uno de ellos, A Series of Unfortunate Events, recopila insólitos incidentes captados fortuitamente. Lo gracioso es que este proyecto ha recibido una mención honorífica en la última convocatoria del canónico World Press Photo provocando la previsible consternación de la concurrencia. Obviamente es un premio que debe leerse en incipiente clave de bendición: los popes de la foto documental empiezan a rendirse a la evidencia postfotográfica.

Saber que hay cámaras de vigilancia y satélites que lo fotografían todo 24 horas al día nos empuja a  especular cuánto de accidental e imprevisto contiene ese todo. Una comunidad de forofos de Google Earth lleva detectadas 3.300 coordenadas donde aparecen aeroplanos en vuelo: si millares de aviones se encuentran en el aire en la actividad incesante de sus registros fotocartográficos, es lógico y estadísticamente muy probable que muchos de ellos resulten inadvertidamente cazados por las retinas mecánicas de nuestro nuevo gran hermano. Esto hace las delicias de un novedoso freakismo en internet: los safaris en búsca de la serendipia, de la sorpresa, de lo bizarro… El fantasma de Lautréamont renace para invitar a los internautas a sus particulares búsquedas de máquinas de coser y paraguas sobre mesas de disección. Y uno de los temas interesantes será dilucidar qué valores separan estas nuevas obsesiones vernaculares orientadas a un ocio freaki de la serendipia como motor creativo de artistas como Joachim Schmid o Mishka Henner. Calificados ambos de carroñeros de la imagen por quienes aún toman fotos y se creen autores, Schmid y Henner hurgan en los desechos de la basura fotográfica y dan con descubrimientos elegantemente desconcertantes mientras se suman a la fascinación por acumular y ordenar: acopios, listas, inventarios, catalogaciones y atlas de las serendipias más variadas. Schmid, por ejemplo, se recrea buscando campos de fútbol en parajes del tercer mundo. Por su parte, Henner también escruta la epidermis del planeta con los visores de Google Earth, a la caza de parcelas censuradas y vedadas a la curiosidad del público, y por tanto más interesantes y misteriosas. En Holanda, las zonas militares son camufladas con una malla de polígonos irregulares cuya sofisticada geometría y cromatismo haría las delicias de los neoplasticistas. Parece que hay mucho Mondrian y Van Doesburg agazapado en los servicios de inteligencia militar de la Otan.

Identidades a la carta
Otra de las grandes bazas del mundo paralelo de internet es la plasticidad maleable de la identidad. En tiempos inmemoriales la identidad estaba sujeta a la palabra, el nombre caracterizaba al individuo. La aparición de la fotografía desplazó el registro de la identidad a la imagen, en el rostro reflejado e inscrito. El arte del disfraz y del maquillaje no han hecho sino agudizar las técnicas de autentificación  biométrica y para conseguir mayor fiabilidad empiezan a consolidarse sistemas de medición de los patrones del iris o las pruebas forenses de ADN. Pero a nivel de usuario medio, con la postfotografía llega el turno a un baile de máscaras especulativo donde todos podemos inventarnos cómo queremos ser. Por primera vez en la historia somos dueños de nuestra apariencia y estamos en condiciones de gestionarla según nos convenga. Los retratos y sobre todo los autorretratos se multiplican y se sitúan en la red expresando un doble impulso narcisista y exhibicionista que también tiende a disolver la membrana entre los privado y lo público.

En estas fotos (reflectrogramas) la voluntad lúdica y autoexploratoria prevalece sobre la memoria. Tomarse fotos y mostrarlas en las redes sociales forma parte de los juegos de seducción y los rituales de comunicación de las nuevas subculturas urbanas postfotográficas de las que, aunque capitaneadas por jóvenes y adolescentes, muy pocos quedan al margen. Las fotos ya no recogen recuerdos para guardar sino mensajes para enviar e intercambiar: se convierten en puros gestos de comunicación cuya dimensión pandémica obedece a un amplio espectro de motivaciones. Veamos: la actriz Demi Moore se fotografía periódicamente en ropa interior frente al espejo del cuarto de baño y cuelga las sugestivas instantáneas en Twitter para solaz de sus admiradores. Aferrándose a unos estereotipos sexy ¿se puede tal vez negar el envejecimiento? En la antípodas, el ex President Pasqual Maragall se autorretrata con su móvil a diestro y siniestro casi por prescripción médica. En una de la secuencias más emotivas del documental de Carles Bosch Bicicleta, cullera, poma, Maragall relata que cada día al levantarse suele fotografiarse frente al espejo. Los cambios que ha ido sufriendo debido al Alzheimer le producen un desasosiego recurrente: mirarse y no reconocerse a través del reflejo. Las fotos contribuyen a apuntalar su apariencia, le ayudan a conocerse y a reconocerse. De la tragedia personal a lametáfora sobre la sociedad postfotográfica, entre Demi Moore y Maragall, niños, teenagers, adultos… millones de personas empuñan la cámara y se enfrentan a su doble en el espejo: mirarse y reinventarse, mirarse y no reconocerse. Aunque paradójicamente sea ocultándonos como nos revelamos, el mero hecho de posar implica a la vez ubicarnos en una puesta en escena y sacar a relucir una máscara: el autorretrato por tanto no puede sino cuestionar la hipotética sinceridad de la cámara. Soltando amarras de sus valores fundacionales, abandonando unos mandatos históricos de verdad y de memoria, la fotografía ha terminado cediendo el testigo: la postfotografía es lo que queda de la fotografía.”



Joan Fontcuberta, 2011






3.3.2 Joan Fontcuberta


En la política del arte: no rendirse al glamur y al consumo para inscribirse en la acción de agitar conciencias. En un momento en que prepondera un arte convertido en mero género de la cultura, obcecado en la producción de mercancías artísticas y que se rige por las leyes del mercado y la industria del entretenimiento, puede estar bien sacarlo de debajo de los focos y de encima de las alfombras rojas para devolverlo a las trincheras.”
Joan Fontcuberta, manifiesto postfotográfico.


Por un manifiesto postfotográfico La Vanguardia:

Articulo de El Mundo sobre Postfotografía y Joan Fontcuberta:



3.3.3 Apropiacionismo


Para qué crear cuando podemos
 repensar y reformular los contenidos.”
Autor inexistente.

Ya tenemos un planeta lleno de vertederos 
y ahora queremos un planeta no-físico digital
 lleno de vertederos.”
Luther Blisset.


3.3.4 Selección de repositorio en red y caracteríasticas





jueves, 19 de noviembre de 2015

3.2 La digitalización

3.2.1 Tipos de escáneres

Para entender cuales son los tipos de scaneres tendremos que saber primero que es un escáner y después esto explicaremos los demás tipos. Podríamos decir que un escáner es un aparato electrico con una superficie de cristal en el que colocamos lo que queremos escanear y que mediante un cabezal que se mueve por un carril, que ilumina lo que queremos escanear y mediante unas lentes recoge la información


Aunque en nuestra vida diaria estamos acostumbrados a los escaneres planos existen diferentes tipos.



- Escáneres planos (de mesa): Estos son los más extendidos. Son fáciles de utilizar y de encontrar. Podemos encontrar desde lo más baratos y domesticos a los más caros y profesionales, con lo que podemos encontrar algo que se ajuste a nseutras necesidades y presupuestos con facilidad.
-Escáneres de tambor: Estos son los más caros y profesionales de todos y necesitan de un operador especializado.
-Escáner con alimentador: La principal diferencia de estos escáneres es que en vez de ir hoja por hoja puede escanear en automático.
- De transparencias: Estos escáneres más que para almacenar sirven para proyectar sobre una superficie lo que coloquemos sobre ellos.
- Escáneres de mano: Este es un invento relativamente reciente y consiste básicamente en utilizar el tambor de un escáner desde la mano y ser nosotros mismos quienes pasemos con la mano por encima de lo que queremos escanear de manera que son más reducidos y versatiles.
-Cámaras digitales: Hay soportes con focos que nos permiten utilizar nuestras cámaras digitales como un escáner. Hay quienes opinan que esto nos permite una mayor calidad que el escáner convencional.


3.2.2 El escáner de ordenador o de cama plana: historia,características y funcionamiento



Antecedentes históricos:
El concepto del escáner deviene de un invento anterior como fue la telefotografía y esta a su vez del telégrafo y aunque Western Unión ya envió en 1921 su primera imagen mediante las redes de telégrafos, no fue hasta la década de lo 80 cuando apareció el escáner como lo conocemos hoy. Aquellos aparatos de telefotografía aparte de ser grandes, pesados y consumir mucha energía, la verdad es que dejaba mucho que desear en su calidad.


https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c6/%C3%89douard_Belin.jpg



La telefotografía se siguió utilizando hasta 1990 pero ya en la decada de los 80 empezó a usarse los escáneres, todavía primitivos y con unas resoluciones muy bajas y no fué hasta más adelante que conseguimos el wysiwyg en los escáneres como los de hoy día.


Funcionamiento:



Al recibir la orden de escanear, una lámpara se encarga de "barrer" el documento.


Cuando damos a nuestro botón de escanear en nuestro comienza todo un proceso que acaba en la obtención de una imagen.
  1. Las luz reflejada por espejos es enviada a un dispositivo interno llamado capturador ó CCD ("Charged Coupled Device").
  2. Cada una de las líneas que son reflejadas son divididas en puntos (píxeles).
  3. Cada punto es analizado y dividido en los tres colores básicos: rojo, azul y verde.
  4. Se le asigna un valor binario a cada píxel en base a la división anterior.
  5. Se procede a crear el mapa digital y así poder ser enviado a la computadora y ser visualizado en la pantalla.
  6. Si el usuario lo decide, se guarda en forma de archivo de imagen (BMP, JPG, GIF, PNG, etc.).
Tanto el gif animado como el texto que lo acompañan son de la web: http://www.informaticamoderna.com/Escaner.htm



3.2.3 Scanner art

"Lo que hago es pintar con luz jugando con focos
colocados en varios ángulos sobre los
objetos para producir sombras y otros efectos”
Robert Creamer, Escanografo.


Si tuviéramos que definir que es el “Scanner art” lo tendríamos bien sencillo: el “Scanner Art” es el arte de fotografiar mediante un escáner, así de fácil. La utilización de un scaner para hacer “fotografías” tiene su particular resultado con esos fondos negros cuando no rebota la luz de los focos en la composición, como el angulo de representación. No olvidemos que las lentes están en la parte inferior por lo que la diferencia de angulo en la captura nos proporciona su particular resultado.


Si queremos encontrar un gran repositorio de este tipo de arte, podemos recurrir a la pagina Scanography.org




3.1 la captura fotografía



3.1.1 Concepto de fotografía digital

Para saber que es la fotografía digital primero será necesario saber que es la fotografía al menos a grandes rasgos. Un concepto fundamental para entender la fotografía es el de la cámara oscura, sistema que utilizan tanto las cámaras analógicas como las digitales de diferentes tipos. El mecanismo de una cámara oscura es relativamente sencillo. Se basa en la idea de una pequeña entrada de luz en un espacio oscuro que la impactar sobre un material fotosensible captura la imagen en este.





Con el tiempo los materiales fueron evolucionando hasta las cámaras digitales que conocemos hoy en día y que utilizamos con frecuencia, ya sean cámaras reflex digitales o una simple compacta. Pero claro, si en las cámaras analógicas el material fotosensible era el carrete y posteriormente lo revelábamos mediante un proceso químico ¿Donde recoge la luz una cámara digital para su revelado y tratamiento? Pues la respuesta es más sencilla de lo que parece: en unos sensores fotosensibles que tienen las cámaras dentro y que aprovechando la entrada de la luz en la cámara oscura transforman esa luz en señales eléctricas, que un procesador digitaliza y que ya están listas para su uso, así de sencillo.


Para empezar es suficiente, en el siguiente punto ya hablaremos de este sensor y explicaremos sus características.


3.1.2 El sensor fotográfico (full frame)

Para entender exactamente que es el sensor fotográfico y exactamente el full frame, vamos a volver primero un paso atrás y recordar las películas analógicas y los sensores digitales que las sustituyen. Un sensor full frame podríamos decir que es un sensor que tiene exactamente el mismo tamaño de la película analógica, es decir, 36x24mm.



Pero ¿Y no son todas así? ¿No adoptador directamente el formato analógico a lo digital? Pues la verdad es que no, a la hora de dar el salto hacia delante se opto por unos sensores algo más pequeños que el de la película analógica, de hecho el más extendido es el APS-C, que más o menos 1,6 veces menor. Pero el uso de este sensor es en el mejor de los casos, si pasamos de cámaras reflex digitales a compactas son todavía más pequeñas estos sensores.


¿Y esto en que repercute? Pues lo primero sería saber que es y como funciona un sensor en relación a su tamaño. Un sensor fotográfico está compuso por celdas que son el material fotosensible que captura la luz y cada una de estas celdas corresponde a un pixel (Si te acuerdas de los mapas de bits y del ejemplo del mosaico, pues es muy parecido. Todo está relacionado al final ¿no?) y de ahí viene el termino megapixel, de juntar un millón de estas pequeñas teselas.


¿Entonces sabre si un sensor es bueno por la cantidad de megapixeles? Pues obviamente no. No es ni parecido 12 Megapixeles es un teléfono móvil que en una cámara réflex digital. Pues obviamente tampoco ¿y entonces? Pues como casi todo lo que hemos visto hasta ahora es mucho más sencillo ya que como dice ese dicho popular “el tamaño importa”. El tamaño de los sensores de la celda repercute en cuanta luz es capaz de captar la cámara y por lo tanto en la fidelidad de los colores.



3.1.3 Fotografía química Vs fotografía digital (comparación de ambos tipos de imágenes: diferencias, similitudes, ventajas y desventajas, limitaciones técnicas, usos apropiados...)

 





3.1.4 Tipos de cámaras digitales

Una vez ya sabemos qué es la fotografía digital y como funciona groso modo un sensor fotográfico digital ahora nos toca diferenciar entre los diferentes tipos de cámaras digitales. La verdad es que no es muy amplias las variedades como si que lo es el catalogo dentro de cada familia. Estas son:


Cámaras compactas:



Quizás la cámara compacta es la más difundida entre el gran público. Pesa poco, se maneja fácil y cabe en un bolsillo. Son las idóneas para viajar, salir o simplemente capturar recuerdos de nuestro día a día. Uno de sus principales problemas son el zoom ya que apenas suelen contar con zoom óptico y recurren al digital, con lo que se pierde la calidad de la imagen.


Cámaras bridge o ultrazoom.


Son quizás un puente (bridge) entre las cámaras compactas y las réflex. Siguen contando con objetivos fijos como los de una cámara compacta, pero utiliza ya un sistema de lentes que nos permite ampliar fotografías, enfocar manualmente con lo que son más versatiles que las compactas normales. Estas pesan bastante más que una compacta, pero sin llegar a ser una reflex.


Cámaras réflex digitales.



Son las más fieles y versátiles. Lo primero es que en estas cámaras lo que vemos por el objetivo es directamente lo que fotografiamos, no como en las anteriores en las que son básicamente una representación digital de la misma. Sus objetivos son intercambiables, con lo que podemos adaptarnos a diferentes circunstancias desde macros a grandes ampliaciones, objetivos fijos y etc... Estas últimas son las más caras de todas y pesadas, pero su peso es señal de fiabilidad y de calidad. Son también las más manuales, tenemos total control de los parametros y podemos crear la fotografía a nuestro gusto.




jueves, 5 de noviembre de 2015

2.3 El color digital

Teoria del color

Percepción del color



Sintesis aditiva/sustractiva 

Si pensamos en las mezclas de colores, en nuestra cabeza aparecerán inmediatamente la mezcla de colores sustractiva, es decir, la que se obtiene por mezclas de pigmentos. Juntar amarillo y azul para obtener verde es algo que tenemos retenido en nuestras cabezas desde que de niños nos dieron una cajas de ceras, pero existen otras maneras de obtener colores como las aditiva.

¿Que es la síntesis aditiva?

 Cuando hablamos de síntesis aditiva del color, en verdad de lo que estamos hablando es de obtener colores mediante la suma de luces. Los monitores de nuestros ordenadores, nuestras televisiones, teléfonos móviles y todos nuestros objetos digitales es el sistema que utilizan a la hora de mostrar las imágenes. Esto se conoce como el modelo RGB, es decir Red (rojo) Green (verde) y Blue (azul), que en la suma de sus colores puros obtenemos el blanco, mientras que la total ausencia de estas es el negro.

Rojo + Azul = Magenta  
Verde + Azul = Cian 
 Rojo + Verde = Amarillo 

¿Que es la síntesis sustractiva?

Mientras que si hablamos de la síntesis sustractiva nos estamos refiriendo a la mezcla de pigmentos. Estas es la síntesis con la que estamos más familiarizados ya que es la que utilizamos tanto en artes plásticas, como en labores tan cotidianas como pintar una pared de nuestra casa. Igual que en la síntesis aditiva decíamos que su modelos de color era el RGB en la síntesis sustractiva es el modelos CMYK, es decir Cyan, Magenta, Yellow y una Key que generalmente es el negro.



Magenta + Cian = Azul
Amarillo + Cian = Verde
Magenta + Amarillo = Rojo


¿Que es esta key y a que se debe? ¿La mezcla total de todos los colores no es negro? Pues no, si recordamos nuestras infancia intentado mezclar todos los colores para obtener negro, recordaremos que obteníamos un color más cercano a un marrón sucio como el que apreciamos en la imagen que un negro. Para esto sirve la Key negra, tanto para obtener negro como matices y profundidad dentro de los demás colores del CMYK

Circulo cromatico

Un circulo cromático es la una representación de los colores primarios, secundarios y complementarios que nos sirve para comprender tanto las mezclas, como las armonías o las temperaturas del color.





Si observamos la imagen, hemos hecho un círculo cromático con el modo de color CMYK, ya que como diseñadores gráficos será el modelo de color con el que más vamos a trabajar.

En el centro podemos observar el negro, que es el total de todas las tintas y la key. Después los colores primarios dentro del CMYK que con el Cian, magenta y amarillos, después los secundarios que son los que se obtienen directamente de la mezcla de los primarios; y después, los terciarios

Además, podemos observar tanto la temperatura de estos colores, es decir, si son fríos o cálidos. Esto es muy importante a la hora de elaborar paletas de color, ya que si las temperaturas de los colores son cercanas combinaran mejor que si son opuestas.

Armonía del color

A la hora de crear un diseño o una obra pictórica es necesario buscar una cierta armonía entre los colores que utilizamos. Podríamos decir que la armonía en el color es la búsqueda del equilibrio a la hora de utilizarlos. Dentro de la armonía hay varios tipos que detallaremos aquí abajo.








Psicología del color

Cuando hablamos de la psicología del color estamos hablando de los efectos que nos producen los colores cuando los percibimos. Si bien es cierto que existe todo un campo de estudio al respecto, no es menos cierto que si leemos lo suficiente podemos comprender que los efectos que nos producen los colores son prácticamente una construcción social. Así, mientras que el blanco en occidente significa limpio y puro, en oriente se asocia a la muerte. Igual que si leemos los diferentes análisis de los colores según la historia también podremos ver los cambios efectuados.

Quizás el estudio más completo y vigente en nuestra cultura sea el que realizó Goethe en su tratado “Teoría del color” donde se opone a la visión física de newton, proponiendo que en realidad los objetos tienen que ver el primera instancia con nuestra percepción, es decir, con el cerebro y la vista. Pero la variación donde suposo la novedad para Goethe era que también se ve involucrada nuestra percepción sobre el objeto. De aquí en adelante el problema principal pasó a ser la subjetividad implícita en este concepto.

Sin embargo, esto no es tanto culpa de los postulados de Goethe, sino en la misma base física del color, que es nuestra percepción de los diferentes colores según nuestro ojo.

A continuación pasaremos a definir diferentes colores y las emociones que nos transmiten de manera habitual.


Rojo: El color del fuego y la sangre. El más cálido de los colores y se relaciona con la pasión, lo impulsivo y el peligro.

Naranja: Produce efectos similares al rojo pero en menor grado. Se relaciona con la comunicación, el equilibrio, la seguridad y la confianza.


Amarillo: Es el color relacionado con el sol. Bueno humor y alegría serían sentimientos amarillos y actúa como energizante.

Verde: Color sedante e hipnótico, ayuda al reposo, la paz, la seguridad y la esperanza.


Azul: Es un color sobrio y serio. Transmite confianza y tranquilidad, aun que su exceso produce fatiga y depresión.


Purpura: Color melancólico y misterioso. Antiguamente se asociaba a la realeza.


Blanco: Se asocia generalmente a la paz, la pureza o la fe. Es la suma de todas las luces.

Negro: Se lo relaciona con la oscuridad, la tristeza y el dolor, pero también con la formalidad y la elegancia. Es una ausencia de color o de luz.

Sistema RGB

Aunque ya hemos explicado groso modo el Sistema RGB en la síntesis aditiva del color, lo cierto es que a la hora de operar con el debemos tener en cuenta más cosas, como por ejemplo a donde va destinado. Se nos antoja obvio que si lo que queremos hacer es una diseño web que solo va a ser visto en una pantalla el sistema RGB es el más correcto y ahí es donde entra en juego el sistema hexadecimal a la hora de realizar las mezclas de color.



Dentro del sistema hexadecimal tenemos que separar los 3 canales de red, green and blue y como se muestran sus intensidades. Si observamos un código hexadecimal de color vemos que consta de 6 números que van cada uno de 0 a f, es decir de 0 a 15 por eso se llama hexadecimal. Centro de estos 6 dígitos los dos primeros corresponden al canal rojo, el segundo par al verde y el último par al azul. Con estos 6 dígitos podemos realizar diferentes mezclas siendo la suma del total #ffffff el color blanco y la ausencia total el negro #000000

Colores hexadecimales: 

Blanco y negro:  
 negro: #000000
 blanco: #FFFFFF

Colores primarios:

 Rojo: #FF0000 Donde el canal rojo en el primer par está a tope: FF, 00, 00.
Verde: #00FF00 Donde el canal verde en el segundo par está a tope: 00, FF, 00.
Azul: #0000FF Donde el canal Azul en el último par está a tope: 00, 00, FF.


 Colores secundarios (mezcla de primarios)

Cian: #00FFFF donde los canales azul y verde están al máximo: 00, FF, FF.
Amarillo: #FFFF00 donde los canales rojo y verde están al máximo: FF, FF, 00.
Magenta: #FF00FF donde los canales rojo y azul están al máximo: FF, 00, FF.


Colores HTML (Diseño web): 
Cian: #00FFFF 
Gris: #808080
Azul Marino: #000080
Plateado :#C0C0C0
Negro: #000000
Verde: #008000
Verde Oliva: #808000
teal: #008080
Azul: #0000FF
Lima: #00FF00
Purpura: #800080
Fucsia: #FF00FF
Marrón: #800000
Rojo: #FF0000
Amarillo: #FFFF00
Blanco: #FFFFFF

Impresión color

Al Igual que ya hemos tratado el sistema RGB en la síntesis aditiva, tratamos también el CMYK en la sustractiva. Generalmente cuando hablamos del CMYK hablamos de los colores de las tintas que intervienen en una imprenta.

A la hora de imprimir, se suelen hacer unos fotolitos, dentro de cada cual están cada unos de lo canales de color, pero ¿y si no conseguimos un color determinado con la mezcla de CMYK? Pues igual que introducimos la Key negra para corregir, podremos introducir colores manualmente dentro de nuestras impresiones. A esto último se lo conoce como tintas plantas y vienen incluidas en los pantone.

A continuación, vamos a utilizar una foto y la vamos a deconstruir en canales y verificar el resultado total, además de una prueba con o sin la key negra.




Bonus track

 

 

 

Todas la infografía de esta entrada es de producción propia. 

martes, 3 de noviembre de 2015

2.2 la imagen digital


“Hemos sustituido los cuadros del salón
por el fondo de escritorio de nuestros PC's”
Luther Blisset

Con la aparición de la informática en nuestras vidas, hemos cambiado la manera que tenemos de ver y entender las imágenes. Nuestros álbumes de fotos han sido sustituidos por nuestros álbumes de facebook, las fotos de nuestros viajes por nuestras imágenes de instagram, las exposiciones de fotografía en galerías por flickr o picasa, las exposiciones de arte por pinterest o deviant art. En definitiva, como ya hablábamos en el paso de la web original a la 2.0, ahora lo importante ya no son las obras, son los millones de personas que pueden acceder a la generación de contenidos, valoración de los mismos y a los espacios de socialización en los que mostrar sus ideas y sentimientos a traves de sus obras.

Pero como todo paso social que marcha hacia delante, esto va acompañado de cambios en la técnica, es decir, en la manera en la que se desarrollan nuestros contenidos. Pero ¿Como hemos pensado la imagen antes y ahora?

Desde una era pre-digital si nos preguntáramos que definía una imagen pensaríamos en el color, la composición,

Si nos preguntamos bajo que elementos podemos analizar una imagen seguramente pensemos en el color, la composición, la armonía, el brillo, el contraste y etc...Pero entonces ¿Que diferencia la imagen digital de la imagen analógica? Pues podríamos sentenciar que básicamente dos cosas: el método de trabajo, es decir, si está involucrada o no la maquina; y las características propias del formato.

En la imagen clásica, en una obra pictórica como un cuadro, un fresco o un dibujo, por ejemplo pensaríamos en el formato de la imagen, la proporción del mismo, la textura que genera la pintura en el visionado en vivo de la misma, los materiales empleados. Igual que en una fotografía revelada pensaríamos en la saturación de la imagen, la nitidez, el balance de blancos, la calidad de revelado, el tamaño de la ampliación del negativo y etc...

Pero ¿y estas características no están también en las imágenes digitales? Pues en parte sí, en la parte física del mismo, es decir, cuando pasamos nuestras imágenes digitales a formas analógicas.

Una vez ya sabemos cuales son las características de una imagen y las singularidades analógicas podremos comprender mejor cuales son las singularidades digitales y como tenerlas en cuenta a la hora de trabajar con ellas.


La imagen digital


Una de las primeras cosas a tener en cuenta son los modos de color. Dentro de la imagen digital podemos trabajar con diferentes modos de color: RGB, CMYK, imágenes de linea, escalas de grises, duotono o imagen de linea.



Dentro de los modos de colores es importante distinguir muy bien los modos de RGB (Red Green Blue) de el CMYK (Cyan Magente Yellow Key). Por un lado tenemos el modo de RGB que se debe a la a teoría del color basada en la luz en 3 dimensiones en la que el total de colores es blanco y su ausencia es el negro. Después tenemos la CMYK que está en 4 dimensiones, que se basa en la suma de pigmentos con una llave (key) correctora que generalmente suele ser el negro ¿Y a que se debe esa Key? Pues a algo tan sencillo como que la suma de todos los pigmentos no es negro, si no un marrón oscuro y sucio.

Profundidad de color
Como ya explicamos anteriormente, una imagen digital se asemeja a un mosaico donde cada tesela es un píxel. En cada uno de estos píxeles hay una cantidad de información almacenada que delimita cual es su color y ahí entra en juego la profundidad del color.

¿Que es por lo tanto la profundidad de color? Pues podríamos decir que la profundidad de color de un píxel es la cantidad de bits de los que disponemos para definir ese color. Así con 8 bits tendremos 256 posibilidades de color dentro de cada píxel, mientras que con 32 bits podríamos distinguir hasta 1024 colores.






Resolución:
Uno de los aspectos más importantes junto con la profundidad de color que va a delimitar la calidad de nuestras imágenes digitales es la resolución. Si volvemos al ilustrativo ejemplo del mosaico y las teselas, y para que nos entendamos, la resolución es la cantidad de teselas por pulgada. Es decir, la resolución la constituyen la cantidad de píxeles por pulgadas que tengan nuestras imágenes  

Dependiendo de para que formato estemos trabajando deberemos configurar esta opción. Hay quienes afirman que para información web con 72 PPI (Pixel Per Inch – Pixeles Por Pulgada) es suficiente, aun que a día de hoy cualquier teléfono alcance fácilmente una densidad de píxeles de 300 PPI. Pero a la hora de ir a una imprenta, la menor calidad que debemos llevar es la de 300 PPI.


72 PPI

300 PPI




Formato:
Al principio de esta unidad comenzamos distinguiendo entre los gráficos vectoriales y los de mapa de bits y es que estas son las dos principales familias dentro de las imágenes digitales. Dentro de estas dos familias existen múltiples formatos utilizables en infinidad de situaciones y cada uno con una intencionalidad y posibilidades diferentes.

A continuación, enunciaremos los principales formatos y las características de cada uno.
    • Formato
      • Vectoriales:
        • EPS: multiplataforma, pero limitado
        • AI: Nativo de Illustrator
        • SVG: escalable y pensado para optimización en la web
        • SWF: En flash
      • Mapa de bits
        • PSD: Nativo de Photoshop
        • JPEG: Formato con buena capacidad de comprensión asumiendo perdidas. No es profesional
        • BMP: En desuso, buena compresión
        • TIFF: Ningún tipo de perdida.
        • RAW: Negativo digital. RAW es crudo en ingles.
        • PNG: Cierto grado de compresión, a diferencia de JPEG no tiene grandes perdidas. Permite el canal alpha de transparencia.
        • GIF: Pensado para pantalla, tiene la característica de que permite animaciones.


          Toda la infografía utilizada en esta entrada es original.